Mira lo que pasa … si sustituyes la palabra “deberías” por “podrías” cuando hablas con un colaborador.
Ejemplo: “¿Podrías haber manejado al cliente de forma diferente? En lugar de “¿Deberías haber manejado al cliente de forma diferente? “Podrías” abre inmediatamente la posibilidad de elegir, sin implicar que la persona hizo algo mal.
No empeores las malas noticias. Cuando tengas que dar una mala noticia, evita frases de mal agüero (siniestras) que hacen saltar los miedos del interlocutor y hacen más difícil que se concentre en su mensaje.
No empiece diciendo: “No sé cómo decirte esto …” o “Me siento terrible por lo que te tengo que decir …”
Mejor: Reúnase con la persona en un sitio privado y dígale algo como: “Tengo una noticia …” o “Hay un cambio de planes (?) que te afectan …”
Un consejo para ayudar a que los demás recuerden tu nombre. Cuando eres presentado a alguien por primera vez: Di primero su nombre, y luego el tuyo.
Ejemplo: “Un placer conocerte, Pedro. Mi nombre es Estrella González.” Esto le da a tu interlocutor unos segundos para fijarse en lo que estás diciendo. Si tu sueltas tu nombre de primeras, la otra persona puede no percatarse.