Son las personas (en plural) quienes consiguen los logros o los fracasos de las organizaciones que forman. El capital más grande, los mejores equipos e instalaciones no producen por sí mismos ningún tipo de resultados.
Para conseguir los mejores resultados de nuestros equipos, tenemos que aceptar que, dentro de los mismos, en muchas ocasiones tenemos que trabajar con personalidades “tóxicas”.
“Aunque no lo creamos, estamos rodeados de gente con personalidades tóxicas. Personas que nos hacen sentir mal, aunque no tengamos la culpa, que nos usan sin que aparentemente podamos evitarlo, que nos tienen a su merced sin que nos demos cuenta. Muchas de estas personalidades las conocemos, pero no somos conscientes de su consecuencia tóxica”.
Personas equivocadas que permanentemente evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos.
No importa cuánto se esfuerce usted en manejar al equipo. El comportamiento de algunos de los miembros puede causar dificultades.
Algunos pueden ser simplemente detallistas o picajosos, no peligrosos para el grupo, pero otros actúan como avispas y pican dolorosamente y hacen peligrar el éxito del equipo.
El "detallista o picajoso"
Esta personalidad se centra en detalles sin importancia, que entorpecen el buen desarrollo del equipo.
¿Cómo manejar este tipo de comportamiento?: Reconoce su preocupación, reconoce que es importante para todos, dele una tarea de detalle (lo que será de su agrado), repita hasta que llegue el mensaje.
Si surgen dificultades con el equipo: Use la diplomacia y firmeza (“las cifras pueden resultar de interés… pero…”), insista en seguir adelante, hasta que el “detallista o picajoso” capte el mensaje.
El caso del "pasota"
Esta personalidad actúa así, entre otras razones: Está decidido a agradar todos y se calla lo que piensa, gente que actúa con un cierto “pasotismo” porque trabajar en equipo es nuevo para ellos, siempre han tenido un jefe que les ha dicho lo que tenían que hacer.
Así que los miembros del equipo tienen que ayudarle a darse cuenta de que ahora es necesario que tome parte en la toma de decisiones. Puede resultar antipático, pero los miembros del equipo necesitan enfrentarse al “pasota”.
Para conseguir sacarle de su concha: Confróntale con el equipo, asegúrate que tiene buenas ideas, insiste para que las comparta, persiste hasta que lo haga
En el fondo, él también quiere ser un miembro del equipo, solo que no está seguro de cómo hacerlo.
El "jarro de agua fría"
Esta personalidad echa un jarro de agua fría sobre todas las situaciones. ¿Por qué? Porque tiene miedo al cambio
Cómo lidiar con esta personalidad: Muéstrale que él es parte del equipo, pídele que busque algún beneficio personal, haz hincapié en lo que no va a cambiar, continúa mostrándole el valor del cambio.
El "sabe lo todo"
Ridiculiza el talento, las ideas, etc., de los demás, actúa con aire de superioridad, usualmente es “cínico”.
El "dominante"
Cuando coge la palabra nadie puede hablar, cree que lo sabe todo … y no va a callarse con facilidad, si alguien trata de hablar, él sube el volumen y apabulla.
Que se puede hacer con estas personalidades, el “sabelotodo” y el “dominante”:
Describa el comportamiento que no te gusta, muéstrele cómo afecta al equipo, dile los cambios que esperas conseguir, mantén la calma (aunque sea difícil), díselo en pocas palabras, no te alargues o entrarás en problemas secundarios.
- Ninguno de los caracteres va a cambiar de la noche a la mañana.
- El hecho de que usted haya probado todas estas técnicas, avalará la necesidad de cambiar la situación antes de que se dañen las posibilidades del éxito del equipo .
- Algunos de ellos no cambian, no todo el mundo vale para trabajar en equipo, si esto sucede, por lo menos usted sabe que, ha hecho todo lo posible. Admita que el equipo no tendrá éxito teniendo como miembro este tipo de personalidad.